No estoy orgulloso de esto, pero sucedió.
Te pongo en contexto, hace ya la friolera de 26 años estaba yo de festi, viendo a grupos muy macarras como Motorhead o Pennywise (inmensos). Y ese año, por lo que sea, se pusieron de moda Los Fresones Rebeldes con un himno pop facilón que se llamaba Al amanecer. Si no has visto el video por latitud o por edad, al final del enlace te voy a poner unos enlaces para que no pare la fiesta y empieces la mañana con un nivel adecuado de pájaros y flores en la cabeza.
Tonti-pop llamaban a ese estilo de música y el apelativo no estaba mal tirado.
De ese festival se me quedaron grabados algunos momentos muy chulos. En un concierto acabé saltándome una valla y subido al escenario junto con otros 20 o 30 chavales. Así de malo era.
Pero hay cosas de las que no me acuerdo. No recuerdo haber visto a Los Fabulosos Cadillacs, a pesar de que estoy seguro de que pasamos por ese concierto. O apenas me acuerdo fugazmente del de Suicidal Tendencies, que estaban muy de moda entre mis colegas entonces.
Es lo que tiene el tiempo, sepulta los recuerdos.
Pero de lo que sí me acuerdo es del concierto de Los Fresones Rebeldes. Lo recuerdo como si fuera ayer. Llegamos temprano mis colegas y yo, para ver el ambiente.
Allí había dos grupos: los macarras en bermudas y con camisetas negras, atraídos por el olor a sangre y los modernillos con camisas estampadas y gafas de pasta gorda.
Recuerdo especialmente a un grupo liderado por un muchacho rellenito, superfans ellos de Los Fresones, que se cabrearon bastante por las risas del personal.
Porque allí habíamos ido por el cachondeo de ver a unos chavales que no pintaban nada.
Empezó el concierto y aquello no mejoraba: por lo visto la cantante era nueva y le habían puesto un atril con las letras porque no las recordaba. Choteo general y el muchacho rellenito cabreado como un mono.
Y entonces pasó.
Una botella de Coca-Cola de 2 litros surcó el aire, girando en su recorrido, hasta impactar directamente en la cantante del atril. Menos mal que al menos el que la tiró tuvo la cortesía de quitar el tapón, porque si no, aquello hubiera sido bastante más gore.
Lo reconozco.
Me avergüenzo, pero reconozco que me hizo gracia.
Así somos los humanos, podemos ser mezquinos en extremo.
Esto pasó hace 26 años y hoy sigo viendo a gente celebrar cosas mierder. Sobre todo en redes. He conseguido no-sé-qué certificado, dicen unos. He cambiado de empleo, afirman otros.
Mira, te voy a decir una cosa, todos los días se pueden celebrar éxitos. Todos los días.
Porque trabajas en un equipo y seguro que al final de cada día hay algo que se ha hecho bien.
Yo no estoy orgulloso de haberme reído de aquello del botellazo, pero lo recuerdo porque fue un momento significativo para mí y me acuerdo de haberlo compartido con mis amigos y eso es maravilloso.
Ahora es tu turno. Puedes tener un día gris que no recordarás dentro de 26 años o hacerlo memorable y maravilloso.
Tú decides.
Y, sí, luego puedes ir a contarlo a las redes sociales, claro que sí.
Algún día si quieres te cuento el primer concierto de Oasis en España y como devolvía las botellas al público el amigo Liam...
Anda, mira, pues no la había escuchado en su momento.
No sé por qué, me ha recordado a esta otra, 10 años más vieja: https://youtu.be/vp_jH_b_s40?si=UD2kvTuKRfvvm59S Lo mejor del vídeo, según yo claro, las pintas de la gente, lo entregada que está una fan, y el cachondeíto de algunos.