Appellplatz
Ayer vi La zona de interés.
Lo voy a hacer… te lo aviso porque va a doler. Vas a pensar “ouch!”.
Voy, empiezo de nuevo.
Va.
Ayer vi La zona de interés.
No fue de mi interés.
Si, a pesar de la advertencia, te has reído… pues me alegro.
No, en serio, no te recomendaría este tipo de películas si eres fan las pelis de George Clooney, Sandra Bullock o The Rock. Pero esta en concreto no te la recomiendo, directamente.
Madre mía, nunca ver a gente plantar azucenas fue tan soporífero.
Te resumo la cinta: se trata de la historia real de la familia del director del campo de concentración de Auschwitz que, como quiere llegar pronto al trabajo, se hace construir una casita pegada a la oficina. El tipo ve normal instalar ahí a su familia, pero es que su familia disfruta mucho su vida allí.
La idea es bastante perturbadora, la verdad, y durante la peli está presente constantemente un ruido de fondo muy desagradable que se contrapone a la cotidianeidad de los protagonistas, para mostrarte su insensibilidad al horror que no se ve en ningún momento.
Como idea no está mal.
Ahora, la forma de llevarla a cabo… básicamente son casi dos horas de gente plantando tomates y jugando en el río cercano, con alguna escena con gente nazi debatiendo sobre la forma más eficiente de deshacerse de cuerpos humanos.
Varios aprendizajes aquí, el primero es que cuando comuniques no seas sutil. Es muy difícil contar algo bien con sutileza. El director de esta peli no lo consigue. Es una cinta fallida. A ver, esta peli ha flipado a mucha gente y se ha llevado el Oscar, pero te aseguro que dentro de 10 años nadie se acuerda de esta cinta.
¿Sabes que La la land no ganó el Oscar a mejor película? Nop. Ese años se lo llevó Moonlight. ¿La recuerdas? Peliculón, ¿eh? (Este párrafo era irónico, que a veces no me doy cuenta de que esto está escrito, en mi cabeza, yo me oigo leyendo esto con su énfasis y, claro, me lío).
Pues eso, si quieres dar un mensaje, da un mensaje, no te andes por las ramas.
Pero hoy quiero que te quedes con otra cosa.
La idea que quiero que te lleves hoy es que al horror es muy fácil acostumbrarse.
Si una familia pudo montar una vida feliz al lado de un sitio donde se trazó un plan para -ojito- deshacerse de los cadáveres de 700.000 judíos hungaros a la menor brevedad, un Head of Movidas puede caer fácilmente en el desapego emocional con su equipo.
No te acostumbres al horror.
Si eres Head of Movidas, habla con la gente. Sal de tu despacho, cruza esa puerta y ponte a hablar con la gente. Organiza tiempo en tu agenda para tomarte un café con cada una de las personas de tu equipo.
Porque si no, puedes acabar pensando en formas muy eficientes y muy inhumanas de tratar a la gente.