¿Sabes la movida esa de la Reina Roja? ¿Eh? Igual te suena a un libro de estos de crímenes, la asocias vagamente con Alicia en el País de las Maravillas o se la has escuchado a un gurú de estos que te habla del cambio.
Hoy, en mi afán divulgativo y para que seas alguien más listo y puedas contar anécdotas chachipirulis en la barbacoa del finde que viene o en la sesión del consejo, en exclusiva y solo para tus ojos: la hipótesis de la Reina Roja.
Lewis Carroll era clérigo, matemático y tenía una especial afición a juntarse con chiquillos.
Hoy en día lo miraríamos raro, pero en la época victoriana, cuando pasear por Londres era comprar un boleto ganador para pillar un enfisema pulmonar y en White Chapel cosían a navajazos a las señoras, supongo que tampoco merecía mucha atención esta fijación infantil.
Carroll escribió Alicia en el País de las Maravillas y su continuación, Alicia a través del Espejo.
En este segundo libro, Alicia no llega al País de las Maravillas a través de la madriguera de conejo, sino que atraviesa un espejo y cae al otro lado.
No me digas que como forma de viajar a universos paralelos no mola todo.
En esta segunda ocasión encuentra a personajes como Humpty Dumpty, una especie de huevo antropomorfo que no tiene nada mejor que hacer que estar sentado en lo alto de un muro a ver si se desequilibra y se cae para que entonces el ejército del Rey recomponga sus pedazos.
Yo qué sé, Carroll era inglés, no me digas qué tipo de mierdas tenía este hombre en la cabeza.
También encuentra a la Reina Roja, no confundir con la Reina de Corazones, no son lo mismo.
A lo que vamos.
En el libro se describe la carrera de la Reina Roja, una competición en la que los participantes en realidad no se mueven de su sitio pero si paran, pierden.
Así que esta metáfora se ha usado hasta el infinito en el mundo profesional.
Si te paras, te caes, pero seguir corriendo no significa adelantar a nadie.
Esto es lo que pasa en muchas organizaciones hoy en día: en realidad no crecen (o lo hacen a cifras ridículas), pero no se pueden parar, invierten en departamentos de creatividad, innovación, transformación, para quedarse en el sitio.
Esta nius no es distinta.
Aunque no te lo creas, para retenerte ahí con atención cada mañana, me tengo que inventar cosas nuevas.
Que si ahora te regalo un librico, que si luego te pongo audios.
Si siguiera contándote mis aventuras de forma cíclica, te hubieras ido.
Hoy no hay más lección que esta: mira a tu alrededor y piensa de verdad si la carrera en la que estás metido te ayuda a avanzar o a sobrevivir.
Porque tu carrera profesional también es como la de la Reina Roja.
Ese cursito de prompting para IA no te va a servir de nada, lo sabes, ¿no?
Te lo digo cada día: invierte en habilidades que no pasan de moda. Aprende a escuchar, a crear una estrategia, a comunicar, y a decidir.
Cuatro elementos clave para el desarrollo profesional a largo plazo que tienen resultados mucho más potentes que ponerte a aprender sobre la tontería de moda.
Piensa en esto hoy y mañana hablamos.