Hoy te hablo de marca personaje. Ayer marca personal, hoy marca personaje.
En los primeros 2000, hace un cuarto de siglo, la escena del rap en español comenzó a despegar. Fue un fenómeno local, pero que generó cierto ruido.
Hablo de cuando empezaban a sonar en las radios gente como Frank T, Ari, Violadores del Verso y esa gente.
Con los años supimos dos cosas: la primera es que lo que se iba a comer el mundo era el reaggeton y la segunda es que la mayoría de aquellos raperos no pasó a la historia.
Siguen algunos, la nostalgia es poderosa.
Al lío, en aquella escena había un grupo al que no nombraré que tenía un cantante al que no mencionaré porque me voy a meter a saco con cómo construyó su marca personaje.
Porque aquellos tipos iban de gangstas y de cómo manejaban billetes, tomaban droguita y partían caras, la chulería al cubo era su marca personal.
Lo que pasa es que en el mundo de la música pocos sobreviven.
Si te creas un personaje a base de repetir que eres una leyenda pero luego la gente pierde el interés por cosas como
Baila morena, baila morena / Perreo pa' los nenes, perreo pa' las nenas
pues me da igual que repitas que eres el más malo del barrio y el que más billetes hace, porque sospechamos que sobrevives del menudeo y que la cara al que se la han partido es a ti.
Y es curioso, porque ahora los raperos españoles (gente como el Grecas) van del mismo palo, de decir que ganan pasta y compran marcas caras, pero la obsesión del mundo musical por las marcas de lujo lo dejo para otro día.
A lo que voy: está de moda crear una marca personaje basada en decir que eres pobre porque quieres, en soltar barbaridades sin filtro y cosas así, tú ni caso.
Tu marca se tiene que apoyar en quién eres tú, no en imitar a otros.
¿A otros les va bien así? De puta madre, pero no copies el cascarón, copia la esencia.
Y a buen entendedor…
SFDK sigue sonando en mi móvil a día de hoy y esa canción sin duda marcó una época, que bueno ;)
Me ha flipado el mensaje (tan importante) ligado a esta canción.