Hace unos años, en una formación bastante molona, un tipo me habló del equilibrio del pH que tiene que mantener toda persona que esté en una posición de liderazgo.
La proporción entre pensar y Hacer.
Ese es el pH que importa.
Porque en gestión suele haber dos bandos. Están los que ascienden a poquitos, de casilla en casilla como los peones y vienen de la operativa, esos son mucho de hacer.
Y luego están los que llegan de fuera, de tener una carrera de gestión en varios sitios, como el caballo del ajedrez, esos son de pensar.
El problema de los que sólo ejecutan es que suelen ir como pollos sin cabeza y se cargan de trabajo que no deberían hacer, así que no tienen tiempo para nada. Si ves a un Head of Movidas y su vida es como tener que lanzar cuchillos a una diana montado en un vagón de una montaña rusa, pues es de hacer.
Luego están los de pensar.
Aparentemente su vida no difiere tanto de la de los primeros.
Aparantemente.
Porque en realidad esta gente lo que hace es rodearse de un halo ficticio de tareas absurdas como ir a reuniones, eventos y sesiones de mindfulness para parecer que están ocupados, pero son incapaces de ejecutar nada.
Ellos son de pensar, de dar la idea y de irse como ninjas que activan la bomba de humo sin escribir una sola línea de nada.
Yo tuve un Head of Movidas que contaba como tiempo de trabajo irse a esquiar con los clientes y, oye, no me interpretes mal, si salir a pasear el perro trae negocio, es tiempo de trabajo, el problema es cuando la actividad en sí misma se contabiliza como trabajo útil aunque no produzca un solo euro.
Así que, ya sabes, en el término medio está la virtud.
Mi consejo hoy para ti, pequeño lince trotón de la dehesa, es que hagas algo muy loco.
Si tu vida consiste en hacer, reserva tiempo para pensar.
Vas a tu agenda y bloqueas dos horas a la semana para no atender llamadas, ni contestar correos ni hacer nada realmente productivo.
Usa ese tiempo para pensar. Para pensar de verdad sobre un problema que quieras resolver en tu carrera, en tu empresa…
Si tu vida es reunión tras reunión, te recomiendo algo distinto: haz cosas. Crea algo. Vuelve a la operativa.
No hablo de preparar un informe de ventas para el próximo comité de nosecuantos, hablo de sentarte con alguien de tu equipo y ayudarle a ejecutar o, mejor, ponerte a aprender qué hace.
Lo mismo, dos horas.
Sigue este consejo y haz de tu vida un lugar mejor.
¿Dónde se imputan esas dos horas? jajajaja!
Excelente consejo y 100% útil. Espero que mucha de tu audiencia esté compuesta por personas que tienen equipos y pongan a prueba lo que dices, porque van a notar la diferencia... rápidamente.