El mundo del mañana
Los cambios no suceden de la noche a la mañana, la Edad Moderna no comienza en 1492 aunque eso es lo que te han contado en los libros de texto, el mundo no se despertó una mañana y dijo, anda, que resulta que allí donde había monstruos, no había monstruos, sino un continente tó tocho, uhau, mi mundo acaba de ampliarse, vengan a mí el las nuevas ideas liberales, la muerte de Dios y las patatas fritas.
La mentalidad cambia en ciclos, eso sí, y aunque ponemos hitos para marcar esos cambios, son artificiales. Por ejemplo, Terminator II no inaugura culturalmente los 90, aunque sería muy guapo que fuera así.
Me despisto.
Te quiero contar otra cosa que noto últimamente y que estoy practicando estos días.
Ya te he dicho que me he hecho Youtuber, a pesar de lo cual has decidido no seguirme. Vale, vale, arrieritos somos...
Nah, es coña, lo que quiero es que me leas cada mañana, pero sí te quiero contar una cosa que tiene que ver con la comunicación. No es la primera vez que grabo videos y los publico en redes sociales, pero sí ha cambiado muchísimo la forma en la que lo hago.
Hace unos años grabé para LinkedIn algunos videos: me escribía los guiones, grababa (esa era la parte fácil) y luego me tiraba varias horas editando. Porque le ponía efectos, hacía algo de montaje... un trabajo ingente.
¿El resultado? Bueno, no me compensaba el esfuerzo. Tampoco tenía esta nius por entonces y no podía atraerte a mi mundo.
El caso es que estos días estoy grabando de nuevo pero con un enfoque completamente distinto. Pongo el móvil, a veces sosteniéndolo con la mano, grabo en un par de minutos, un programa pone los subtítulos de forma automática y p'a la red.
En total no empleo más de 10 minutos en todo el proceso.
Como te dije, a mi hija le da bastante vergüenza ajena.
Pero a mí me parece lo más.
Y creo que, más allá de video sí o video no, estamos en un cambio de contexto que ya está entre nosotros.
En estos tiempos de IA y de discursos enlatados, la humanidad conecta. Mostrarte ante un ser humano tal y como eres es un valor en sí mismo. Mostrar naturalidad, sin artificios, ayuda a establecer vínculos.
Espera, que llevo a esto al terreno del liderazgo: ya no se lleva la corbata ni el zapato apretado. Estamos en un momento en el que la naturalidad impera, así que elimina barreras con la gente. Tu cargo no importa. Tu marca de reloj no importa. El piso en el que se ubica tu despacho no importa.
Si quieres conectar con otros, con tu Head of Movidas, con tu cliente, con quien sea, es más importante ser natural y ser directo que envolverte en formalismos.
No sé cuánto durará esto o si ha llegado para quedarse, pero mi consejo para hoy es que elimines grasa. No, joder, no te digo que hayas cogido unos quilillos, sino que quites barreras que te impiden comunicarte con los demás.
Habla claro, más directo, sin tonterías.
Y te irá mucho mejor.