Sé que no contesto los mensajes que recibo, a veces es posible que me hayas escrito de vuelta y dejara en visto.
Soy un poco desastre con eso.
Hay gente a la que le debo un audio.
A otros un post que vamos a publicar conjuntamente.
Sé que soy muy cabezón y que me gusta llegar a los sitios por mis propios medios.
Que no me dejo ayudar todo lo que debiera.
A pesar de todo, de vez en cuando alguien me escribe simplemente para dar las gracias, se olvida de esos despistes míos, de ese mensaje no respondido, de esa vez en la que se me pasó mencionarle.
Esta semana he tenido varios mensajes así.
De gente que me ha dicho que leyéndome, siente que está hablando conmigo. De una persona que me ha pedido ayuda con algo de temor pero con mucha esperanza. De otra que me dice que no le gustan los podcasts pero que me iba a escuchar. De otro nervioso por el hype.
Hay alguna más.
Es curioso, pensaba que esta semana había habido menos conversaciones, pero no. Si echo la mirada atrás, son unas cuantas.
Supongo que si te dedicas a la bolsa especulativa el valor está en el subidón cuando consigues una operación lucrativa.
En otras profesiones, se valora la tranquilidad, la estabilidad.
Si lideras, vas a tener altibajos. Si eres bueno, en las dos acepciones de la palabra, te vas a desvivir por tu equipo.
Pero la gente no se va a desvivir por ti.
Que lo sepas.
No te lo digo con amargura, simplemente, es importante que lo sepas.
Vas a dar mucho, vas a recibir menos.
Pero ahí está el valor. Cuando alguien te agradece lo que hiciste, lo que le enseñaste, cómo te comportaste.
Creo que atesoro más momentos de esos que el 90% profesionales con los que me he cruzado en mi vida.
Si no hay valor ahí, yo ya no entiendo nada.