Dale una vuelta. Estoy preocupado. Contamos contigo.
Te presento la terna perfecta para descolocar a la gente de tu equipo. Las palabras mágicas que harán que la ansiedad y el mal rollo espumeen y crezcan. La fórmula mágica para minar la confianza.
Bienvenidos a una nueva lección de líderes blanditos mierder.
Voy con una advertencia inicial, con un disclaimer, que diría un hortera corporativo que desconoce serlo: si no eres un psicópata, todos los días vas a tener que practicar para no caer en esto.
Porque las personas somos así, no queremos hacer daño a otros y a veces decimos cosas pensando que estamos ayudando pero no nos atrevemos a decir las cosas como realmente las pensamos y lo que hacemos es añadir incertidumbre y desconcierto.
Cuando des feedback, sé directo, sé específico, sé claro.
Piensa para qué lo haces, qué quieres que haga el otro, qué pasará si el otro no lo hace.
Piénsalo bien antes de decir nada, asegúrate de que has repasado los puntos anteriores y mírate al espejo antes de tener la charla.
Lo del espejo es opcional, pero dale a las cosas la importancia que tienen, el buen feedback requiere de preparación: ponte guapo, lávate los dientes y la cara, péinate, haz lo que necesites pero dale importancia al tema.
Y con esto, ya estaría.
Nah, vamos con un poquito de sangre:
Dale una vuelta es lo puto peor que le puedes decir a alguien que te entrega un trabajo, porque no estás siendo específico. ¿Que le dé una vuelta? ¿Qué tipo de vuelta? ¿A la manzana? ¿De 360 grados? ¿Pongo la cara B, como si fuera un vinilo de Los Pecos?
Estoy preocupado suele ser una frase que te suelta alguien que tenía unas expectativas sobre un tema, expectativas que ha metido en un cajón protegido con cadenas y siete candados, que ha arrojado a lo más hondo de un agujero, protegido por una hidra y un minotauro, un agujero que está en un laberinto, al que se llega por una ruta ignota, cuyo mapa ha quemado. Pues bien, al cabo de un tiempo, cuando sus expectativas no se cumplan, soltará lo de “estoy preocupado” sin darse cuenta de que la persona que está al otro lado sí que se va a preocupar a nivel Jacob Eisen, pase por el barracón cinco y diríjase al área de gaseo.
Contamos contigo es mi top de los tops, si en una empresa no tienen claro para qué cuentan contigo, date por follao.
Ahora sí, ya estaría.
Creo que me han dado feedback como los tres ejemplos que pones muchas veces.
Vamos una fiesta.
Después de pensar un rato en lo que ha pasado he ido a preguntar: "tu preocupación está clara, pero no sé porqué ni por dónde empezar a solucionarlo" he tenido grandes respuestas como:
A buen entendedor, pocas palabras bastan (me llaman tonto a la cara)
No tengo tiempo para explicarte (yo tampoco tengo ni idea, pero la pelota está en tu tejado, majete)
No puedes venir sin una propuesta (igual que la anterior)
Lo que necesitamos es más control, vamos a poner reuniones dos veces al día para que informes de cómo vamos (cómo vas sobrado de tiempo, voy a ver si cada 4 horas te puedo meter presión, el objetivo da igual)
Lo que he tenido menos respuestas han sido del tipo: "Vamos a buscar una solución entre todos (o algunos, o tú y yo) y comenzamos a trabajar en ello"
El buen feedback es más escaso que los diamantes que no son de sangre...
Yo no lo hubiese hecho así