No hay clickbait, no vengo a decirte una cosa para luego contarte otra, esto de escribir cada día un consejito y un correo molón ya no me divierte tanto. No sufras, no te voy a privar de tu dosis diaria de sarcasmo y cachondeo, no estoy pensando en dejarlo, estoy pensando en hacerlo emocionante otra vez.
Porque el cambio es ilusionante, admitámoslo. En la vida, especialmente en la vida profesional, no hay nada peor que saber que tus días van a ser iguales uno detrás de otro.
A veces creo que las empresas se inventan rebrandings, reorganizaciones corporativas o un ERE solo por dar aliciente a una vida que se vuelve monótona.
¿El chistecito del ERE ha sido demasiado? ¿Si? Nah, no jodas. Los tengo peores.
A lo que iba, que en tu vida profesional, si quieres progresar, tienes que cambiar. Ya no te hablo de crecer sino, simplemente, de cambiar.
Hay que hacer del trabajo un lugar divertido al que querer volver y eso empieza por ti.
Haz cosas inesperadas.
Cambia algo.
Yo tenía hace muchísimos años un jefe que se creía la polla y que me daba consejos así como estos que te estoy dando yo ahora.
Un día me soltó algo parecido a esto que te estoy diciendo yo, me contaba que él iba cada día buscando rutas nuevas para ir al trabajo.
Bravo, Marco Polo.
El tipo tenía razón: hay que hacer algo diferente. Pero era un poco cuñao en esto de poner metáforas, sugerir ir por una calle distinta no es como para que te pongan una placa al coach más innovador del semestre. Pero tenía razón.
Así que hoy no te voy a pedir que cambies y que innoves, no.
Te voy a pedir que, si tienes responsabilidad sobre un equipo, pienses en cómo pueden hacer cosas nuevas que les putoflipen.
Y que, si no la tienes, hables con tu jefe, con tu responsable o con tu Head of Movidas de este tema, que le preguntes qué tiene pensado cambiar, qué va a hacer para volver a devolverle el color al mundo y salir del escenario gris que se vuelve la vida corporativa con el tiempo, que parece todo sacado de Momo.
Yo estoy en ello. Con la nius, digo.
Estoy pensando en fuegos artificiales, en juegos del pilla-pilla, en acampadas en medio de la selva con la única ayuda de un machete entre los dientes.
En cuanto a metáforas, creo que sí me podrían dar la placa al coach más innovador del semestre.
Hoy no te digo que hagas cosas para que pasen cosas.
Hoy te digo que empieces a pensar en romper cosas para crear otras nuevas.