Si vienes en busca de un chiste sobre la muerte del Papa, lástima, no es tu día de suerte.
Hace unos meses publiqué el Carrusel de la Nieve Azul, una especie de cutre-cómic inspirado remotamente en el accidente del avión que inspiró las pelis de Viven, La Sociedad de la Nieve y Destino Final.
Lo de Destino Final no está confirmado, pero creo que es así. No tengo pruebas, pero tampoco dudas.
El caso es que publiqué aquello y lo compartí contigo (si estabas entonces en la lista) y hubo alguien que me escribió por privado para decirme que aquello igual no era de muy buen gusto, que hay gente en Uruguay que puede sentirse molesto por algo así.
Se atribuye a Woody Allen la siguiente frase: la comedia es igual a tragedia más tiempo.
Pensarás que por qué coño te estoy contando esto.
Ya, yo también lo pensaría.
Pues te cuento, la comedia es una herramienta muy potente para forjar lazos. Como dirían ahora los modernos por LinkedIn, es una herramienta brutal.
BRUTAL. Así, como pronunciado rotundo.
La comedia tiene un problema: (casi) siempre se hace a costa de alguien. Pongo (casi) porque hay un tipo de comedia, el humor blanco, que no se hace a costa de nadie.
Pero el resto de humor necesita una víctima.
Es así.
Así que hoy mi víctima no es el Papa.
Siento insistir, pero es que te veo las intenciones.
Entonces, si eres un pelín soso, te enseño una forma muy sencilla de usar el humor sin contar un chiste ni nada parecido, es algo que puede hacer todo el mundo con un poco de práctica y, si pillas algún correo mío, verás que lo uso mucho: enumera tres cosas y haz que la tercera sea muy absurda.
Esto mola porque si no eres el alma de la fiesta, lo puedes usar con tu equipo o con tus clientes y la gente se relaja.
Lo puedes usar con tu CEO, con tu Head of Movidas y con el taxidermista que está ocupándose del cadáver del Pap… del Papagayo de tu primo Ricardín.
¿Ves cómo se usa?
Pues eso.
Porque el humor es un pegamento muy potente.
Úsalo sin freno.
A cuánto va el kilo de lana de papagayo? 🤣🤣