Tranqui, de vez en cuando me gusta meter este tipo de asuntos porque siempre viene algún despistado que me tiene en spam y se topa con esto al buscar su reserva y me gusta imaginar su cara de susto durante dos segundos.
No tengo poder para cancelar tus vacaciones… todavía.
Yo este año tampoco voy a parar por vacaciones. Quiero decir, yo sí, la nius no.
Bueno, al caso, uno de los temas recurrentes en esto del liderasgo es lo del feedback. Ya, he escrito liderasgo, es que me estoy haciendo reaggetonero mi amol. Estoy practicando a ralentisal mi seleblo mientras hablo metiendo palablas para perriar.
Hostias, estoy fatal.
Te decía, el feedback, que te despistas.
Hace mucho que no te cuento el problemón del feedback, porque sí, el feedback tiene un problemón.
Básicamente, que suele darlo el que tiene una posición de poder a alguien que no la tiene.
Que uno tenga una posición de poder no lo hace mejor persona. Puede ser un gilipollas, puede ser un iluminado, puede ser un cabronazo, puede ser muchas cosas.
Incluso cuando la gente en posición de poder pide que le den feedback, los subordinados rara vez lo hacen.
Como mucho contestan lo de “eres demasiado perfeccionista”, en un giro de guion que nadie vio venir (guiño-guiño).
Tú tienes ahí a tu jefe pidiendo directamente que le cuentes cosas buenas y cosas malas de su gestión y dices algo para salir del paso mientras piensas en cómo salir de ese pantano lleno de trampas mortales y donde cualquier paso en falso te lleva al fondo del abismo.
Así que hoy te doy a elegir. Este sábado podemos hablar de feedback tú y yo… o puedes responder a este mensaje y proponer tema. Si hay algún tema que me putoencante, lo elegiré.
Sin sorteos y sin ponderaciones, lo que me mole lo contaré.
Te estás volviendo reguetonero? Necesitas vacaciones
Asuntaso.